En
una noche oscura y nublada, un grupo de niños fueron a pedir
caramelos por las puertas de las casas. Estaban muy contentos hasta
que llegaron a una casa vieja al lado del cementerio. Los niños
estaban solos, sonaron unas cadenas, alguien con una capucha negra
apareció, todos empezaron a gritar y se pusieron a correr hacia la
puerta. ¡Esperad! era su amigo Pablo que les quería gastar una
broma. Ivan. Alagón
del Río, 2º de Primaria.
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