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martes


CAMBIAMOS UN “POQUITO” EL CUENTO DE
LOS TRES CERDITOS
Había una vez, tres cerditos que habían crecido alegres en una cabaña del bosque. Y como ya eran mayores, sus papás decidieron que era hora de que se construyera cada uno su propia casa.

Los tres cerditos algo tristes pero muy emocionados se despidieron de sus papás, y fueron a ver como era el mundo.
El primer cerdito, el perezoso de la familia, decidió hacer una casa de paja para trabajar poquito y acabar pronto. En un minuto la choza estaba ya hecha. Y entonces se fue a tumbar en su colchón también de paja.
El segundo cerdito, que era un comilón, prefirió hacer la cabaña de madera. Tampoco tardó mucho en acabar de construirla. Y luego se puso a comer una tarta de manzana que su amiga la cerdita Peggy le había regalado.
El tercer cerdito que era muy trabajador, decidió construirse una casa de ladrillos y cemento.

Tardaría más en construirla pero sería más resistentente, pasaría menos frío en invierno y menos calor en verano y sobre todo estaría más protegido del malvado lobo. Después de cinco días de duro trabajo, la casa quedo preciosa. Pero a lo lejos, en el interior del bosque, ya se empezaba a oír los aullidos del lobo.
No tardó mucho el lobo en llegar a las casas de los tres cerditos. El lobo se dirigió a la primera casa y dijo:

- ¡Ábreme la puerta! ¡Ábreme la puerta o soplaré y soplaré y tu casa derribare!

Como el cerdito no la abrió, el lobo intento soplar con fuerza, y comenzó a toser, a estornudar y se cayó al suelo casi desmayado de lo débil que estaba.
El cerdito incluso temblando de miedo, salió corriendo a socorrerlo y llamó a voces a sus dos hermanos para que le ayudaran a levantarlo por que el lobo estaba muy, muy gordito ya que comía muchos alimentos con grasa y muchos dulces.
- ¿Qué te ocurre lobo? ¿Estás enfermo?- Preguntó el mayor de los tres cerditos.
-Si, llevo días con fiebre, me duele la cabeza, la garganta, la tripa, tengo tos y además me duele muchísimo una muela.-Contestó el lobo.
- Nosotros te cuidaremos si prometes no hacernos daño.-Dijo el cerdito mediano.
-Gracias prometo no haceros daño nunca más, además estoy harto de ser tan malo y estar siempre tan solo.-Contestó el lobo.
Los tres cerditos lo llevaron a casa del mayor, que era sin duda como ya sabéis la mejor casa de las tres y allí metieron al lobo en la cama, llamaron a la doctora Gotica y a su amigo el dentista Bautista y le cuidaron todos con mucho cariño hasta que se recuperó.
Cuando el lobo estaba totalmente curado y dispuesto a volver solo al bosque, los cerditos le pidieron que se quedara a vivir con ellos ya que se habían hecho muy amigos y le echarían mucho de menos si se iba.El lobo saltando de alegría aceptó quedarse con ellos, y así el lobo y sus tres amiguitos los cerditos vivieron juntos y felices para siempre.
¡Ah!, el lobo en vez de comer tanta carne de cerdo y tantas chucherías aprendió a comer bien y le encantaban las frutas, las verduras, el pescado, los huevos…y tomaba mucha leche, para estar sano y fuerte.
¡Y COLORÍN COLORADO SEGURO QUE ESTE CUENTO OS HA ENCANTADO!
Grupo del Taller de Fomento de la lectura de Algón del Río.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me encanta ana