Un
día, por la noche, cuando todas las personas salían disfrazados de
monstruos terribles, fui con mi primo David y con los de mi clase.
Los muchachos fuimos tocando por las calles y de repente, salió una
casa encantada y nos dio mucho miedo. Pero yo fui y toqué. Salió un
bruja y nos dio caramelos pero nosotros no sabíamos que estaban
envenenados. Los comimos y cuando estábamos envenenados nos cogió y
nos metió en su mansión. Pero con ella había un monstruo que era
muy bueno y no gustaba asustar a nadie. Entonces la bruja nos cogió
y nos ató. Cuando nos levantamos vimos a una bruja mala que se nos
quería comer y el monstruo nos desató y nos dejó escapar. Entonces
la bruja iba a matar al monstruo y nosotros fuimos a ayudarle y le
quitamos la varita y la convertimos en rana y todos los Halloween se
vino con nosotros a tocar por las puertas. Javier. Alagón
del Río, 6º de Primaria.
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