Unos
niños estaban disfrazados de monstruos. Era la noche de Haloween.
Iban pidiendo caramelos por las casas. En una casa vieron la puerta
abierta y entraron sin llamar. Cuando llegaron al comedor vieron a un
hombre sentado en un sillón. No se movía. Sus ojos no pestañeaban.
Sus brazos colgaban de los lados del sillón. Los niños estaban
aterrorizados y de repente. ¡Boom! El hombre ses levantó y los
niños vieron que era el vecino. Lucía. Alagón del Río. 3º de
Primaria.
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