Todos los años para el
día de Halloween, mi vecina Matilde prepara unas calabazas, con sus
dientes, sus ojos....
Este año, le había
costado mucho trabajo hacerla, pero estaban realmente terroríficas.
Esa noche, los de mi clase nos disfrazamos y fuimos a ver a Matilde.
Al llegar a su casa las calabazas tenían un aspecto escalofriante,
con sus ojos y dientes de fuego, parecían que estaban vivas. Todos
nos asustamos mucho, pero la verdad es que Matilde había hecho un
trabajo estupendo con sus calabazas. Clara. Alagón del Río. 3º
de Primaria.
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